Los equinocitos son eritrocitos con múltiples protuberancias debidas a la ruptura de la membrana celular. Formalmente, se distingue entre equinocitos (10-30 protuberancias regulares) y acantocitos (<20 protuberancias irregulares y puntiagudas), pero esto suele ser muy difícil en la práctica. Sin embargo, su etiología es diferente.

Los acantocitos surgen por un aumento de la captación de colesterol en la membrana, que puede observarse en alteraciones del metabolismo lipídico. Los equinocitos pueden deberse a un secado demasiado lento de un frotis sanguíneo, a una exposición prolongada al EDTA (artefacto) o a una alteración fisiológica del gradiente osmótico (y, por tanto, a una deshidratación relativa del eritrocito).